Los servicios de atención primaria constituyen el núcleo del sistema de salud cubano. Más del 80 por ciento de las visitas médicas se realizan con profesionales de atención primaria en consultas [1].

El sistema de salud cubano depende en gran medida de los profesionales de atención primaria, tanto médicos como enfermeras, y Cuba cuenta con un programa de educación médica gratuito y sólido para asegurar que el personal de salud altamente capacitado proporcione una atención primaria integral.

En 2013, Cuba capacitó a más de 10.000 doctores y aproximadamente 30.000 médicos clínicos en total [3].

Cuba cuenta con 6,7 médicos y 8,2 enfermeras por cada 1000 personas. En comparación, Estados Unidos cuenta con 2,8 médicos por cada 1000 personas [2].

Cuba exige que todos los graduados de las universidades de medicina completen primero la formación de medicina de familia antes de que puedan especializarse. Esto es con el objetivo de reforzar el sistema de atención primaria.
En última instancia, el 70 por ciento de los médicos permanece en la medicina familiar como profesionales de atención primaria (PAP), en comparación con solo el 10 por ciento en los Estados Unidos [3].

Un enfoque en la prevención.

La atención primaria de salud en Cuba se ve facilitada por un sistema de “reagrupamiento geográfico”, que asigna a los pacientes a un equipo de atención primaria utilizando áreas geográficas fijas para delimitar la clasificación de pacientes. Cada clínica familiar (Consultorio) cuenta con un médico, una enfermera y un asistente médico que juntos son responsables de la salud de 600 a 700 pacientes, o aproximadamente 150 familias [1, 5].

Los equipos de atención primaria de salud ven a sus “poblaciones de pacientes” como grupos cohesivos en lugar de individuos no relacionados. Por ejemplo, los registros médicos se organizan por familia.
En Cuba el enfoque de salud se centra en la prevención de enfermedades y en factores determinantes de salud.

A nivel de monitoreo colectivo, el equipo de atención primaria lleva a cabo una vigilancia activa e identificación de riesgos dentro de su población reagrupada dos veces al año.

A nivel de monitoreo individual, se utilizan categorías explícitas de estratificación de riesgo para evaluar a cada paciente del grupo y los médicos deben informar el número de pacientes en cada categoría de riesgo al distrito de salud local.

Cada equipo de médicos de familia suele dedicar la mitad de su tiempo a realizar visitas domiciliarias, lo que les permite monitorear de cerca a los pacientes identificados como de alto riesgo e identificar problemas de salud antes de que estos avancen. Todos los cubanos reciben al menos dos visitas a domicilio de médicos de familia por año, y los pacientes
identificados como de alto riesgo pueden ser visitados hasta dos veces por semana.

Además de mejorar la continuidad de la atención a los pacientes con afecciones crónicas, las visitas domiciliarias facilitan la comunicación entre los PAP y los miembros de la familia sobre la mejor manera de abordar la salud y el bienestar del paciente.

Un enfoque de salud orientado a la comunidad

Los PAP viven en las comunidades que ellos atienden y los “Consultorios” generalmente están vinculados o cercanos a los hogares de los PAP [1]. Esta presencia continua en la comunidad aumenta la confianza de la comunidad en los equipos de atención primaria.

Los equipos de atención primaria realizan actividades específicas para fortalecer aún más sus vínculos con las comunidades a las que atienden.

Los consultorios de la familia realizan análisis de la situación de la salud pública todos los años para revisar su desempeño anual, determinar las cuestiones que deben abordarse, planificar formas de promover el bienestar y abordar las cuestiones de salud de la comunidad en el próximo año.

Se alienta a los miembros de la comunidad a asistir y participar en el proceso de toma de decisiones del plan de acción de los consultorios de la familia para mejorar los factores determinantes de la salud de la población, así como la salud y el bienestar de la comunidad.

Clínicas de salud multidisciplinarias.

En Cuba, los directivos y profesionales de atención de las Clínicas Familiares y Multidisciplinarias de la Atención Primaria trabajan mano a mano y con los profesionales de atención secundaria para asegurar que no se pierda ninguna información que pueda afectar negativamente la salud de un paciente.

Los servicios de atención primaria también se prestan en clínicas multidisciplinarias, llamadas “Policlínicos”, cada uno de los cuales atiende a la población de 30-40 consultorios de la familia [1].

Se establecen pautas para promover la formación de relaciones sólidas entre los médicos de atención primaria y los médicos especialistas que trabajan en clínicas multidisciplinarias para mejorar la continuidad y la coordinación de la atención de los pacientes.

Los sistemas de remisión dual permiten a los pacientes ser trasladados sin problemas desde la atención primaria a la secundaria y desde la atención secundaria de vuelta a su PAP.
Un miembro del consultorio de la familia también suele acompañar a sus pacientes en persona a los policlínicos multidisciplinarios y/o hacer que los especialistas acudan directamente al consultorio para realizar consultas [5].
En el caso de que un paciente sea admitido en el policlínico, un miembro del equipo del consultorio acompaña al paciente al hospital o es informado personalmente por el médico del departamento de urgencias [5].

Misiones internacionales

Cada año Cuba envía 30,000 médicos a países necesitados de América Latina y África [2].


  1. Domínguez-Alonso, E. and Zacea, E. “[The health system of Cuba],” Salud Pública México, vol. 53 Suppl 2, pp. s168–176, 2011.
  2. Elio D. L., “Massive Graduation of Doctors in Cuba,” Havana Times.org, 29-Jul-2013. .
  3. Campion, E. W., and Morrissey, S., “A Different Model — Medical Care in Cuba,” N. Engl. J. Med., vol. 368, no. 4, pp. 297–299, Jan. 2013.
  4. Greene, R., “Effective community health participation strategies: a Cuban example,” Int. J. Health Plan. Manage., vol. 18, no. 2, pp. 105–116, Apr. 2003.
  5. Lang, J., “Notes from Cuba: the importance of primary care,” Lond. J. Prim. Care, vol. 3, no. 2, pp. 129–130, Dec. 2010.
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